Parece que cada vez más el diseño gráfico trata de escapar de la composición 2D. Lo que hasta ahora eran un par de ejemplos sueltos, parece que empieza a convertirse en la tendencia del momento. Igual que ha pasado estos años con las siluetas de elementos florales, parece que en los próximos años los diseños más rompedores se basarán en collages, mezcla de texturas, de materiales e, incluso, de fotografías de diseños realizados sobre superficies tridimensionales.
La idea de transmutar el diseño gráfico a 3 dimensiones no es nuevo, ni mucho menos. La diferencia con los trabajos pasados es la aplicación de estas técnicas a piezas antes impensables.
Como en todo lo que tenga que ver con una moda, ya veremos en qué acaba, pero la tendencia es cada vez más clara. De hecho, hemos visto en los premios de diseño de la AEPD varias muestras clarísimas, y dos se han llevado premio:
La primera es, si cabe, la más representativa por ser una identidad visual. En este caso, la identidad de la empresa Torch (imagen de arriba) es una fotografía de un objeto tridimensional realizado con distintos materiales. Para colmo, la identidad incluye su sombra y todo; algo impensable en el manual clásico del diseñador gráfico. Es cierto que algo así no es cómodo de aplicar y presenta varios puntos engorrosos, como su aplicación sobre masas de color o el redimensionamiento. Sin duda unos profesionales capaces de tener una idea tan brillante, habrán pensado en ello.
El segundo ejemplo en los premios fue el de editorial, que se llevó el Libro de las preguntas. Una composición de elementos tridimensionales crea el diseño; aunque su aplicación real siga siendo bidimensional.
Otro buen ejemplo fue el nominado al premio de ilustración Una casa para el abuelo:
La tendencia va más allá del diseño español. La editorial alemana especialista en diseño Die Gestalten ya ha editado un par de libros sobre esta nueva moda en el diseño. El último de ellos es Tactile, con muestras de ilustración, tipografías, interiorismo, cartelería…
Parece que en una época en que todo el mundo puede disponer de buenas herramientas de diseño, los diseñadores se revelan contra los softwares para volver al modo de diseñar de nuestros padres. El método encarece la producción y obliga a dedicar más recursos y horas, pero las muestras que vemos prometen diseños con una altísima carga de creatividad y fuerte impacto emocional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario